En unas horas habré muerto. Soy la última superviviente de un gran plan. Un plan urdido en el más extremo secreto. Todo empezó con galileadas y pitagoradas. Tonterías sin importancia, juegos. Luego, tras la estela de los miles que lo intentaron antes, descubrimos lo que ninguno había descubierto. Y, con ello, obtuvimos el Poder. Y nos desdoblamos en mil y un planos. Al igual que el Dr. Manhattan estábamos aquí, allí, antes, ahora, siempre y nunca. Nuestro siguiente paso estuvo claro. Suicidarnos (siempre dirían que habíamos caído en la más absoluta locura) y evitar que la gente pudiera conocerlo. Sería el fin de la humanidad. La evolución total. Antes de que el Poder nos absorbiera del todo pudimos decidirlo. Ahora yo voy a desaparecer y no puedo evitar seguir poniéndome cachonda cuando hablan de teoremas matemáticos.
